«El que habla no sabe,el que sabe no habla». Lao-Tse. Tao te king
Esta es una historia local, de pueblo, contada muchos años después de que ocurriera pero por una persona que estaba directamente implicada. Me la contaron junto a Delia, una gran guía de la que mucho he aprendido y, he de decir en honor a la verdad, que se la contaron a ella, yo simplemente tuve la suerte de estar a su lado para escucharla.
La historia es en un lugar de Cercedilla que, no es donde los que saben imaginarán. Nos la contó su hija y, vino a decir, palabra más, palabra menos, lo siguiente:
Su padre trabajaba de guardés en una gran casa para un señor alemán. Este señor, contrató a una baby-sitter inglesa para que enseñara a sus hijos a hablar su idioma.
Hete aquí, que la niñera descubrió que el hombre para el que trabajaba había sido un alto oficial que trabajó para el partido nazi.
La niñera se escapó en cuanto pudo para ir a denunciar a este hombre frente a las autoridades internacionales.
El ex-oficial, a su vez, descubrió que le habían descubierto.
El hombre, ese mismo día vendió su casa al guardés por un precio mucho más bajo de su valor real, consiguiendo dinero en efectivo para emprender la huida con toda su familia antes de que le detuvieran.
Cuando la niñera inglesa vuelve con las autoridades el oficial alemán y su familia ya no están y la casa ha cambiado de dueño, el guardés ha pasado de ser el conserje al propietario de la finca.
A día de hoy esa es la casa que disfruta la familia de aquel guardés que de un día para otro se convirtió en propietario de una extraordinaria finca.
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